Traer un hijo al mundo puede atravesar como un rayo la vida de cualquier mujer, que no tan sólo se encuentra con un nuevo cuerpo, nuevos desafíos y un pequeño humano que cuidar, sino también con otras prioridades. Y en ese novedoso panorama, son muchas las que -de todas formas- empiezan a buscar el perfecto equilibrio entre la entrega a su bebé y la satisfacción de ver crecer un sueño propio. Ser madre y emprendedora es balancearse entre la dedicación hacia los hijos y la pasión por los proyectos personales. 

Ambas facetas requieren sacrificios y algunos trucos que revelarán cinco mamás que no tan solo emprendieron, sino que conectaron ese anhelo a la maternidad. Es que de los miles de rubros de negocios que existen, ellas decidieron escoger algunos que están conectados a la niñez o a las necesidades de otras mujeres. En todas las historias, la inspiración nació en sus hijos

Ale Magui

“Cada niño es distinto al otro y esa es una magia que sólo tienen ellos”

A Ale Magui, un recuerdo se le grabó en la cabeza y en el alma. “Tuve una experiencia cuando tenía cinco años en la cual con mi mamá y mi papá armamos un muñequito a partir de la reconstrucción de otro juguete; me acuerdo que quedó colgado en mi habitación por mucho tiempo. Fue algo que me hacía sentir muy bien, aunque no quedó muy lindo porque me hacía sentir muy querida”, evocó.

La niña de entonces no lo sabía que al crecer iba a ser juguetera y sus creaciones recrearían la ternura de los animales en Tormenta Toys y Deco.

“En el momento en que me convertí en madre, sentí la necesidad de poder darle a mis hijos algo que yo hubiese construido, o que hubiésemos hecho en conjunto”, expresó y también detalló que incluso hizo disfraces junto a sus pequeños.

Sobre su decisión de emprender, Ale expresó: “Siempre me gustó mucho el tema de la venta, pero también me atraía el producir, el armar, el ser yo quien diseña, la que elije los textiles, la que arma el dibujito, el molde, toda esa parte la adoro”.

En ese camino, además, debió derribar algunas creencias del rubro juguetes. “Cuando empecé no se lo veía como un emprendimiento sino como un hobby, porque la mayoría piensa que uno los hace por diversión, pero cuando uno se sienta a plantear las diversas utilidades que puede tener el juguete, las diferentes funcionalidades, pasa a ser un propósito mayor”, consideró.

Y en la maternidad ha encontrado herramientas que la ayudaron a ser una mejor emprendedora. “Me ayudó en toda cuestión técnica, por ejemplo a saber que si los juguetes son para bebés hay que utilizar colores claros sobre todo por el tema de los pigmentos, sobre qué es lo que les gusta, qué es lo que les atrae acorde a su crecimiento”, comentó.

A la par de esos detalles, también se percató de algo igual de importante a la hora de pensar en sus creaciones: “cada niño es completamente distinto al otro y esa es una magia que tienen solo ellos, porque llega un momento en el que te volvés adulto y es como que todos vamos uniformados; el niño es auténtico desde el principio hasta el final”.

¿Además de sus hijos, qué es lo que más inspira a Ale? Encontrar a más mamás emprendedoras. “Es gratificante que haya otra mamá más dentro del rubro; es inspirador, aunque lo que hagamos no sea lo mismo porque quizás trabajan con madera o tejidos, telas, y aún así te aportan otra visión de cómo se organizan y de cómo comparten con su familia”, cerró.

Clari Hernández

“La maternidad influyó un 100% en mi deseo de emprender”

Un bebé se forma en el vientre pero también en el corazón de las madres, que intentan darle a su hijo o hija lo mejor desde su primer minuto de vida. Por ejemplo, la leche materna, el alimento más rico por sus nutrientes y el que les brinda mayor protección según la opinión de médicos y especialistas. No obstante, no son pocas las mujeres que alguna vez se han sentido temerosas o perdidas al dar la teta. Y para ellas, Clari Hernández pensó en @lactacia.si, un espacio que las abraza, ayuda y contiene.

“La maternidad influyó en el 100% en mi decisión de emprender. Yo le tenía mucho miedo a la lactancia; entonces me informé un montón antes del nacimiento de mi hija Margarita y a raíz de eso, tuve una puericultora muy amorosa que me acompañó un montón”, contó.

Así, como ella tuvo esta experiencia tan positiva, meses después empezó a formarme y a compartirlo en redes. “Al principio fue sin un propósito claro y sólo con la intención de compartir cosas que a mí me habían servido para atravesar la maternidad y la lactancia”, dijo.

Pero hubo un clic. “Cuando se acabó mi licencia, con mi marido nos sentamos a charlar sobre mi regreso al trabajo, sobre contratar a una persona y ahí me di cuenta que quería estar más tiempo con Magui, que yo no estaba lista para volver y eso me dio el empujoncito que necesitaba para formalizar el espacio de lactancia.si e ir a fondo con eso”, afirmó.

Y detrás de una decisión difícil vino un rompecabezas para acomodar. “La verdad es que hoy hago lo que puedo. Estudio cuando la situación me deja; ordeno cuando Margarita me lo permite; grabo cuando alguien la cuida y así voy haciendo lo que puedo con lo que tengo”, aseveró risueña. Detrás de los talleres que ofrece Clari hay amor por lo que decidió emprender, al igual que solidaridad. “Mi intención es acompañar esa entrega de todas las mamás que le quieren decir que sí a la lactancia”, sostuvo.

¿Camila tiene algún consejo para otras madres que deseen emprender? “Sí. Mi consejo es que si se animan, perseveren en el camino. Es muy difícil la constancia cuando no se ven los frutos en el momento pero yo creo que a la larga y con mucho esfuerzo, todo llega”, aseveró.

Cami Gerónimo

“Quería estar presente en todos los momentos importantes de mi hijo”

Detrás de Milolo Bebés estuvo la mente emprendedora de Camila Gerónimo, una mamá que, después de dar a luz a Milo, se animó a crear su propio negocio con la premisa de compartir cada instante que pudiera con su hijo.

“Todo surgió en 2020, un año complicado para todos, y en el que me encontré con un bebé de tan solo un mes de vida y la necesidad de reincorporarme en ese momento al trabajo”, recordó la joven.

“Milo era muy pequeño y además de tener que dejarlo por varias horas, también tenía que buscar niñera de mucha confianza para cuidarlo. Fue ese el momento en el que decidí que  tenía que buscar mí propio camino y empecé a emprender con optimismo y con fe en que todo saldría bien”, reveló.

Y así fue. En Concepción, su negocio empezó a crecer y ahora hay cientos de mamás que confían en Camila los look de sus pequeños de hasta tres años.

“Mi hijo siempre es mí mayor inspiración, me basé en él y en mi deseo de poder estar presente en todos sus momentos, ver todos sus pasos, no perderme sus ocurrencias, y estar cuando me necesite”, aseveró la emprendedora.

Uno de los secretos del crecimiento de Milolo Bebés es que su dueña no olvidó lo difícil que puede ser acomodar horarios entre lo laboral y la maternidad por lo que adapta los suyos a las necesidades de otras mamás.

¿Camila tiene algún consejo para otras madres que deseen emprender? “Si, ¡claro! Mucha constancia porque los inicios no son fáciles pero con esfuerzo se ven de a poco los resultados, que siempre llegan si se hace con amor y con gusto en lo que uno hace”, destacó.

Meli Millán

“Para mí ser madre te desarrolla un montón de súperpoderes”

El nombre de Meli Millán resalta en las redes sociales de Tucumán. Su personalidad extrovertida, su energía positiva y la franqueza con la que se expresa fueron claves en su negocio de pastelería Golpe de Sabor. Pero sus sueños pasteleros conviven también con los de darle bienestar a Mateo y a Bernardita, sus dos primeros hijos y quienes esperan una hermanita que hizo que su mamá se reinvente.

“Mi tercer embarazo arrancó un poco complicado y requiriendo mucho reposo”, relató la joven que ya pasó las 28 semanas de gestación de Barbarita o Baby Cookie, como la nombran los más de 11.000 seguidores que tiene su mamá en Instagram.

Las galletitas, postres y tortas que Meli realizaba se convirtieron en un trabajo pesado para este momento de su vida, por lo que decidió crear “Flor de solución”, un emprendimiento que la ayuda con la economía del hogar, mientras brinda soluciones ingeniosas a los problemas domésticos cotidianos.

“Me di cuenta que cuando mi panza creciera, había cosas que iba a tener que delegar, y aunque gran parte de mi corazón y mi cabeza siempre estuvieron en Golpe de Sabor asimilé que no podía vender todos los días productos dulces y decidí apostar por láminas antiadherentes y ‘esponjas mágicas’ que descubrí a través de las redes sociales”, puntualizó.

A Meli la impulsaron las ganas y el sentirse más valiente desde que es mamá. “Creo que si una puede ser madre, puede ser lo que quiera en esta vida. Porque serlo te desarrolla un montón de súperpoderes que no sabías que existían”, reflexionó.

¿Meli tiene algún consejo para otras madres que deseen emprender? “Mi consejo para otras mamás es que con organización todo lo podemos lograr y creo que es una habilidad que muchas madres tienen desarrollada”, compartió.

Luz Imbert

“Ser madre no te obliga a bajar los brazos y cortar tu vida”

El mundo de colores en el que Luz Imbert vive de la mano de su hijo Vitto desde hace 11 meses, la hizo desear compartir ese universo mágico con más madres y niños. Así fue que a sus 21 años, esta estudiante universitaria creó Bubus Creaciones, una tienda de títeres, cuadros 3D, almohadones, banderines personalizados, y muchas cosas más.

“Mi bebé es quien me inspira en cada uno de mis trabajos. Todos los juguetes que a él le gustan los recreo porque yo sé que van a ser un éxito y que se van a vender”, aseveró la joven.

Luz vio en la oportunidad de emprender la chance de continuar con sus estudios, trabajar y, al mismo tiempo, pasar más tiempo en casa con su hijo. “Hago juguetes a base de materiales reciclados; entonces tampoco tengo un gasto importante de materiales tampoco y así puedo estar con Vitto, que es mi prioridad en la vida”, asevera.

En esta decisión de atesorar cada minuto que tiene para ser madre, también aprendió a apreciar la importancia del tiempo. “La maternidad me ayudó a valorar más mi trabajo, porque empecé a emprender en otros rubros a los 16 años, pero nunca tomaba en cuenta el tiempo que yo invertía en elaborar los productos y por ende no lo contaba como parte a valorar para fijar el precio”, recordó.

“Ahora sé que mi tiempo es dinero, porque son momentos en los que no le entrego el 100% de mi atención a mi hijo y sé cómo colocar mejor el costo, teniendo en cuenta también  el amor y la dedicación que le pongo a lo que hago”, agregó.

¿Luz tiene algún consejo para otras madres que deseen emprender? “Sí. Mi recomendación es que siempre se puede si una quiere salir adelante o lograr un objetivo. No hay que bajar nunca los brazos porque ser madre no te impide nada, no te corta la vida entera. Si uno le pone pilas, si uno ve el lado bueno de las cosas, lo puede lograr”, concluyó.